6.2.13

Esto volverá a pasar.

Es otra biblioteca incalculable. Una joven hermosa la transita, embriagada por los títulos que anulan los pasillos. No hay pasillos entonces, no hay luz; hay una joven hermosa ebria de títulos, un caos capturado en otro, sepultado en otro. Alguien la observa.

En la mitología griega, si nos encontramos con una joven hermosa recogiendo flores en un prado, es que está a punto de ocurrir algo malo. 


Silencio. Él se aproxima a su espalda, se convierte rápidamente en turista de la biblioteca sobre las espaldas de la joven hermosa que lo arrastra continuando así, de a dos, el ebrio camino de los símbolos, sin enterarse del perseguidor, postergando en su recorrido a la realidad que mucho antes dejó de pertenecerle.

En la mitología griega, si Hades surge de la nada, Perséfone será la reina del infierno durante todos los inviernos del mundo. 

Él se sacude del mundo, se extirpa el mundo siguiendo los confusos pasos de la joven hermosa, decisiones que ignoran las estadísticas, los tratados humanos, las firmas de paz, confiando en las vueltas increíbles sin aparente sentido y entonces comprende, comprende otra vez que son dos los laberintos; biblioteca oscura y profunda y joven hermosa, un laberinto dentro de otro, caos sobre caos, intercambiando prioridades de claustro, misteriosos ámbitos a los que estará condenado para siempre.

Ella no lo presiente aun, cautiva del silencio que es una trampa de los volúmenes acechantes, a punto de arrojarse.

Pasan por una ventana al fin, donde se entreve el mundo de los vivos.......

Continuará...

5.2.13

Otra vez el todo.

"Hago una tarea inmunda: me despierto y vuelvo a comenzar, de cero, después de todo, de tanto y nada. Escribir es, ante nada, desagradable. Lo que agrada viene en algún momento, es cierto, pero tarda, es efímero, es ingrato, no tiene sentido, como toda belleza. Pero escribir, lo que es escribir, es aborrecible, dificultoso, lleno de nieblas y venenos. Y Volver A Escribir es lo aborrecible al cuadrado, sin embargo se intenta, justamente por la esperanza de sentir esa belleza absurda que espera en alguna efímera e ingrata oración que nadie aplaudirá. Uno va escribiendo en busca de un placer que quizá no llegue y eso se parece mucho a la naturaleza humana"

Extraído de los cuadernos digitales de Uno de Barba.