22.9.11

Del Diario

Extraído por El Autor de las notas robadas a Uno De Barba. 

Fecha: Difusa. 
Otros datos: Bloc de notas blanco, liso. Tapa dura, negra. Tinta negra. 


Me asfixia lo inasible, hijo de lo efímero. No puedo respirar, te juro, Mi. Son las cinco de la mañana, y no es sólo por vos, pero es también por vos. Tu huida encabeza todas las huidas, todo lo efímero, todo lo que se escapa. Sos una analogía del mundo, Mi, aun Mi. ¿Por qué  todo se me va de los dedos? Me asfixia lo inasible, te juro ¿dónde está el aire? aquí un deseo banal: quisiera poner la vida en pausa...

Aquí una digresión: Cómo extraño tus ánimos. 

...y escribir es casi eso, sabrás, casi el asir de estos dedos frágiles y corruptos por el pucho al mundo que se me disuelve, como un pedazo de hielo al sol. Escribir es hielo, mejor: escribir es helar, es helarte. Puedo escribirte a vos y en todo momento en que te escribo estás quieta: me querés. Me estás leyendo, siento que me leés. Pero tampoco es un consuelo que estés quieta, tampoco es un consuelo escribirte, me niego a darle tanto poder a la literatura. Parece tan vana, ahora. 

Te extraño, che, es así, siempre es así: no me consuela congelarte porque extraño tus variaciones, por si fuera poco y aquí otra digresión: ya se me va a pasar y esa es otra mala noticia (verás que esta semana todo es una mala noticia, te dije, una semana) otra razón de la desesperación, otro ejemplo de lo inasible, de lo efímero, otra cara de vos.

Vos también, che, qué tipa. Ahora me acuerdo, recién ahora recuerdo el detalle. En este instante recuerdo la foto, el cambio a la realidad, ¿es eso? es una explicación notablemente más justificada. 

Todo por una foto, todo por el mundo. 

Que alguien me cierre el libro y al hacerlo me capture los dedos. 

Fin de la nota.  

13.9.11

Notas Antes Del Fin De Edmundo

"....Robaremos con suma violencia al museo del Louvre; descolgaremos a Rembrandt para crucificarlo en Les Mureaux antes de que el chico muera en manos del sol  y sea el primero de muchos muertos; arderá primero el parque nacional de Harz y ya en las cuevas del unicornio las estalactitas serán lanzas inversas donde colgarán y serán presagio las aves más hermosas, atravesadas por el cruel mineral; tiraremos de un golpe los árboles centenarios del Sur, todos, de un golpe seco y antes que caigan formaremos filas debajo y moriremos aplastados, si no hemos tenido suerte en los incendios. si no hemos tenido suerte en el Louvre, si no hemos tenido una estalactita cruzándonos el plexo. El petroleo descendera de los barcos antes del fin sobre las aguas puras que nunca veremos ya y  morirán cubiertos del manto ciertos ejemplares únicos del océano que sólo está en el mapa y eso qué importa ahora si ya no.


A 233 grados fuego se disolverá la literatura humana mientras aquel hombre que intenta llevarse a Silvio bajo el truco del baúl morirá de un disparo mortal de flecha de fuego en la frente.


No quedarán rastros del poeta, tampoco.


El último piano será sacrificado desde la terraza de la torre Burj Khalifa pero antes el pianista tocará un Requiem de Mozart. 


Una lluvia de osos pandas caerá sobre beijín, arrojados desde un avión militar. Detras de ellos caerá el avión también. 


El museo del prado será carbonizado antes de las 23. 


A la medianoche, mi amiga de Buenos Aires finaliza con sus puños enfermos la ventana por donde le entraba la luna, redonda como un sueño. 


Y esto será suicidarnos antes que nos maten, un balazo en la sien antes que caiga el techo del terremoto, los gramos de cianuro en el mate, en el último mate cebado dentro de las incómodas muelas de dios que ha comenzado a masticar y la punta del diente penetra dulcemente nuestro espalda que ya no duele por obra del veneno y la muerte..."