14.7.11

Interludio: Consideraciones

Consideraciones del Autor acerca de cosas que a nadie le interesan. 

Disertación de Hoy: Los personajes 

Dedicado a Ailín.

¿Qué pasa con los personajes de un libro cuando éste ha de cerrarse?
Porque la suspensión no será en vano, la clausura modificará (tiene que modificar) su contenido.

sentencia que sólo un hombre puede afirmar porque sabe que se va a morir: quizás no lo abramos nunca más. 

Lo que quiero decir es esto: ¿Qué les sucede a los personajes que combaten en el libro (que aman y lloran,  que idealizan a novias muertas y sufren y se esperanzan con igual intensidad) cuando dejamos de leer? ¿Qué pasa en ese universo? Han de paralizarse. Leer es soplar personajes: hacerlos caminar y luego empujarlos, agarrar sus ojos, hacerlos mirar, gritar...el lector obra en la obra como un dios, como un dios negligente (¿existe un dios de otro modo?), uno incapaz. Un dios incapaz, un lector incapaz es aquel que no logra milagros, tales como hacer vivir (levántate y ánda) a personajes  sin que él esté allí, soplándolos, acomodando flores en sus orejas, o trompetas en sus bocas o empujando al atormentado a darle un beso a esa señorita - personaje tan bella. 


Lo que realmente está haciendo el lector al cerrar un libro es poner a un mundo en pausa, hasta tiempo indefinido, hasta azar del albedrío.

Alguien decía que, cuando nadie los ve, nuestros familiares muertos en las fotos guardadas en los cajones, se cambian de lugar entre sí, como jugando. 






Información agregada: 

Aquí, la descripción de ciertos personajes, suspendidos, que se aguantan la respiración y tratan de no pestañar, hasta que el lector les vuelva a dar el Ok. 

En pausa, Uno De Barba piensa en: Cuándo renaceré, cuándo, cuándo volveré a ver a Elena, si ahora me toca la puerta tampoco podría abrirle porque estoy inmóvil, y quiero mate, y necesito fumar, y quiero Elena, lo bueno es que Las Ratas no pueden aparecer, lo bueno es que...

En pausa, Elena: Cuándo renaceré, yo siempre tan inquieta y ahora paralizada, no quiero, no quiero la quietud, necesito ver el sol, necesito a la luna, ay la luna, en cuál de todas sus formas estará ahora la luna, y Uno De Barba estará como yo, pero no pensando en mí, porque ya no, porque...

Las Ratas: Y lo miramos a Uno De Barba pero nada, no nos podemos mover, esperamos que no se escape, que no ande sin nosotras, no puede ser, necesitamos cambiar su pensamiento, necesitamos, Uno De Barba, Uno De Barba, Uno De Barba

13.7.11

Interludio: Termodinámica

Indicios para comprender a Uno De Barba:


Primera ley de termodinámica:

No se puede ganar

Segunda ley de termodinámica: 

No se puede empatar

Tercera ley de termodinámica:

No se puede dejar de jugar.



10.7.11

Capítulo 1 (c)

Finalmente, otra vez el sol. 

Una vez más, el sol: suave calor de invierno, el sol se filtra por las hendijas de la habitación. "¿Y ahora qué?" la pregunta inútilmente sistemática de todos los días. "Y ahora nada", la respuesta concreta, relajante en cierto modo.

Opciones que evalúa Uno De Barba apenas se levanta:

- Afeitarse.
- Buscar un trabajo al que nadie pueda tildarlo de error conceptual.  (Uno De Barba actualmente trabaja de ... -información interrumpida-)
- No pensar en ella.
- Limpiar el armario.
- Llamar a Mamá.
- Llamar a alguien.

Opciones que Uno De Barba eligió hasta el momento.

- Ninguna.

Finalmente el sol, el calor, si. Finalmente Uno De Barba comprende que debe iniciar su día y arremete a la cocina en busca del mate. ( Hay algo, hay algo con el mate que...)  No termina de llegar cuando se da cuenta que, sobre la heladera, ahí, en la puerta de arriba, un papel cuelga, pegado. Arruga la mirada Uno de Barba mientras busca con su mirada arrugada la puerta de salida, dispuesto a correr ante el espanto de la imprevisión. Finalmente el sol, el suave calor. La nota sobre la heladera (es muy pequeñita, apenas se deja leer)

"Aflojen con las tramperas. Firman: Las Ratas"